En 1910 el astrónomo francés Jean Mascart se desplazó a Tenerife con el propósito de observar la aparición del cometa Halley en unas condiciones climáticas más favorables que las que existían en el continente. Formaba parte de una misión científica, constituida principalmente por fisiólogos, cuyo objetivo principal era estudiar la influencia del sol y de la altitud en distintos órganos del cuerpo humano.

Fruto de su permanencia en la isla, Mascart escribió su obra Impressions et observations dans un voyage à Ténérife que, como su propio título indica, consta de dos tipos de contenido que corresponden, grosso modo, a las dos grandes partes en las que se divide. En la primera de ellas se reflejan, principalmente, descripciones e impresiones del propio autor, mientras que en la segunda, sumamente especializada, se detallan las observaciones y experimentos que se llevaron a cabo y los resultados obtenidos.

En la primera parte del texto, que es la que aquí nos interesa, se combina un discurso sumamente subjetivo, reflejo de las sensaciones y reflexiones del viajero ante situaciones o paisajes desconocidos, con otro de carácter informativo, que nos ofrece datos sobre la historia, el comercio, los cultivos y el clima del Archipiélago.

El propósito de esta comunicación es, a través de su relato, recorrer paso a paso con el autor las diversas etapas de su fructífera estancia en Tenerife.