La Opinión,
29 de abril de 2001
Michel
Tournier considera positivo "empezar la vida con un fracaso"
Como clausura del X
Coloquio de la Asociación de Profesores de Filología Francesa, que se ha
celebrado estos días en Tenerife, el filósofo, ensayista y escritor
francés Michel Tournier habló de su trayectoria como estudioso de
Filosofía, haciendo una serie de reflexiones sobre los mitos de nuestra
sociedad que a él le sirvieron como método de transmisión de ideas
publicitarias. “No está mal
empezar la vida con un fracaso” afirmaba ayer el filósofo y escritor
Michel Tournier ante un nutrido grupo de filólogos de francés
provenientes de diversos paises, en su mayoría españoles. Tournier
hablaba de la etapa joven de su vida en la que, acabada la Segunda Guerra
Mundial, pasó cuatro años en Turinga (Alemania) estudiando Filosofía y,
creyendo haber alcanzado un alto nivel de conocimientos, se presentó a
unas oposiciones de profesor universitario que no pasó. “Aquel fracaso
me hizo poner los pies en la tierra” y le llevó por los caminos del
periodismo de radio y televisión. Novelista tardío, -su
primera novela, Viernes o los limbos del pacífico, se publica en 1967
cuando contaba 43 años-, en la mayor parte de sus novelas sus personajes
están como sacados de las imágenes de esos libros infantil-juveniles.
Tournier demuestra gran interés por resucitar los mitos de siempre, como
es el caso del mito de Robinson Crusoe en dicha primera novela o el mito
del ogro en El Rey de los alisos, con el que gana el Premio Goncourt 1970
por unanimidad, o el mito de los gemelos en Los meteoros (1975). Los mitos “Más que
resucitarlos Tournier los reanima o reaviva”, dice Antonio Álvarez de
la Rosa, catedrático de Filología Francesa de la Universidad de La
Laguna, “lo que demuestra que estamos ante un escritor en plenitud de
facultades, envidiado por el puesto que ocupa en las listas del éxito
comercial e intelectual, sobre todo en Francia”. Michel Tournier, filósofo
de formación y ‘germanista’ por afición, califica de shock su
descubrimiento de la Filosofía a los 17 años cuando eligió que estudios
continuar. Esta cultura filosófica ha sido la base de “todo lo que he
hecho posteriormente”. Siempre le ha llamado la atención el hecho del
gran olvido al que se someten los “inventos filosóficos”, mientras se
habla a menudo de los inventos científicos, que no son más importantes,
y subraya hasta que punto permanece olvidada la cultura filosófica y
“se ignora la Filosofía Clásica”. Sobre los mitos, Tournier hizo
alusión a su “libro fetiche” Viernes o la vida salvaje que ha sido
utilizado en Francia como libro de texto, lo que le ha acercado, en los últimos
30 años, a la población juvenil francesa. Su formación
universitaria le llevó a construir una base estructural filosófica que
siempre ha mantenido y que le permitió, confiesa, “aprender a
aprender” para “poder continuar aprendiendo a lo largo de la vida” y
hacerlo con ganas. “Para esto debe servir el período escolar”,
afirmaba ayer con rotundidad. La belleza y la
moral de Kant Buen conocedor de la
filosofía germana, Michel Tournier disfruta haciendo referencia a uno de
sus más admirados exponentes, Immanuel Kant, al hablar de las cuatro
paradojas de la belleza. “Son cuatro las definiciones de la belleza,
todas contradictorias, que Kant supo desvelar. Empezando por la que afirma
que se trata un placer desinteresado, cuando en realidad se trata de algo
biológico y como tal es interesado”. Otra que habla de lo
bello como finalidad sin fin, o la que se refiere a la definición de
belleza como necesidad subjetiva, dos conceptos de inadmisible combinación
“lo subjetivo no puede ser necesario, no lo admito”, afirmaba el filósofo.
La cuarta es la paradoja que se refiere a la definición de belleza como
universo sin concepto, ya que mientras lo que es universal, como la
ciencia, se basa en conceptos transmisibles, lo bello es universal pero no
tiene concepto detrás. Tournier habla también de Kant como inventor de la moral una moral laica, que ignora a Dios y sobre todo es desinteresada. “Mientras que hay una religión para cada cierto grupo de gente, la moral es para todos, venga la persona de donde venga”. La moral es la ley del cerebro humano, añade, “está dentro del cerebro humano y me dice que no debo manipular o mentir para obtener ventajas”. |